Un día en Kamakura
El viaje a Kamakura desde Hamamatsucho dura poco más de una hora en tren. Nos dirigimos hacia el sur, en plena costa del Pacífico, a unos 50 kms de Tokyo.

El recorrido comienza en la estación de Kita-Kamakura. Descubrimos un paisaje donde se funden el océano y verdes montes. Árboles y gruesos bambús se levantan en armonía con templos, lápidas y esculturas de Buda.

Los templos de Engaku-ji y Tokei-ji preparan el camino que luego nos llevará desde Jochi-ji hasta el Daibutsu (Gran Buda). Se trata de un sendero que discurre entre las colinas que rodean Kamakura y que ofrece una vista completa de la costa. El paseo es hermoso y no presenta dificultades.

Casi sin darnos cuenta llegamos a Daibutsu. La escultura en bronce de Buda, descubierta de su antiguo templo por un tsunami, mira al océano en actitud de relajación absoluta.

Hoy es el Kamakura International Festival y hay decenas de puestos donde se enseña a tejer, jugar al Shogi o simplemente disfrutar de un expresso italiano. A pocos metros hombres y mujeres golpean tambores con gruesos palos. Parece un grupo musical japonés tradicional. Mi ignorancia me impide decir mucho más. La foto os ayudará a entenderlo mejor.

Después de comer mucho, muchísimo, en un pequeño restaurante chino camino de la estación volvemos sobre nuestros pasos y visitamos el templo de Hasedera. Es quizás el más hermoso de Kamakura, con una vista inmejorable de la ciudad. Es también el más transitado y el
encanto de sus jardines se diluye entre la multitud.
1 comentarios:
Qué bonito!! Desde luego las fotos y los comentarios evocan un Japón muy, muy bonito.
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