jueves, diciembre 07, 2006

Himeji y Kyoto (Templo de Kinkakuji)

El castillo de Himeji (La Garza Blanca) es la fortaleza más impresionante de Japón. El castillo actual (pues hubo construcciones anteriores desde 1333) fue terminado en 1580 y ampliado 30 años después por Ikeda Terumasa. Tiene un donjon (torre central) de cinco pisos y tres donjons más pequeños.


En la estación de tren JR hay una maqueta que permite al visitante hacerse una idea rápida la grandeza del castillo.

Toda la estructura está rodeada de fosos y murallas defensivas con varios tipos de aperturas para lanzar agua o aceite a los enemigos. En estos tiempos de paz juegos de niños los ocupan.



Dejo algunas fotos (una imagen vale más que mil palabras).







Por la tarde regresamos a Kyoto para visitar el famoso templo dorado Kinkakuji. El edificio original fue construido en 1397 como villa de retiro para el sogún Ashikaga Yoshimitsu, pero en 1950 un joven monje lo redujo a cenizas. La historia de este monje fue llevada a una novela por el maravilloso escritor japonés Yukio Mushima.

En 1955 terminó la reconstrucción según el diseño original (con pan de oro) y el templo ofrece un aspecto deslumbrante.



Kyoto (zona Higashiyama)

Kyoto decepciona a primera vista. En un primer paseo desde la estación de tren JR sólo nos muestra edificios grises y algunas luces de neón, lejos de la exuberante demostración de Tokyo.

Sin embargo todo es una falsa impresión. La última parada del autobús 5 nos reserva una sorpresa maravillosa. El templo de Ginkakuji, patrimonio de la Humanidad como tantos otros en Kyoto, es un lugar tranquilo y pacífico. Sus jardines son un ejemplo típico del tradicional jardín japonés.



El templo se sitúa en la falda del monte Nyoigatake y tras subir algunos escalones uno puede disfrutar de una excelente vista del complejo y de la propia ciudad de Kyoto.



Una vez terminada la visita a Ginkakuji continuamos nuestro recorrido por el Paseo de la Filosofía. Este agradable sendero alcanza su mayor belleza en primavera con la floración de los cerezos. En pleno mes de diciembre el encanto ha desaparecido.



Tras apenas 30 minutos llegamos al templo Eikan-do. De nuevo hallamos jardines y monjes celebrando sus ritos ajenos a la curiosidad de los turistas.



Muy cerca se encuentra el fastuoso complejo de Nanzenji.



La jornada termina con el templo más hermoso del día. Está atardeciendo y el sol acentúa las paredes enrojecidas del templo Kiyomizu.



Escolares japoneses se hacen las típicas fotos de curso con el templo al fondo.



La escena me recuerda al Mirador de San Nicolás en Granada.

lunes, diciembre 04, 2006

Takayama

Takayama es una pequeña ciudad que se sitúa en los Alpes Japoneses. Es la capital administrativa del distrito de Hida desde el siglo XVI y en sus calles aún se encuentran posadas, tiendas, cervecerías y numerosas casas de tiempos antiguos.

Takayama nos recibió con una intensa nevada y temperaturas gélidas. Las montañas que la rodean ya blanquean en las cimas, mientras que un interminable bosque tapiza las laderas.


Nos alojamos en un precioso ryokan (Sumiyoshi ryokan) con vistas al río donde carpas y garzas conviven en armonía con los habitantes de la ciudad. La habitación es muy sencilla.


Temprano en la mañana se montan dos mercadillos en la ribera del río. Se pueden encontrar verduras de las montañas, dulces y artesanía local.


El pequeño barrio de Sanmachi es el centro de la ciudad antigua y conserva numerosas casas privadas, tiendas y restaurantes con aromas de otros tiempos.


A las afueras de Takayama, en Hida-no-Sato, descubrimos diferentes tipos de hogares japoneses de distintas épocas y lugares. La noche se apodera de esta diminuta ciudad-museo y las luces de las casas le dan un encanto especial.


Finalmente nos vamos de la ciudad con el recuerdo de la deliciosa cena y el sorprendente desayuno que nuestra anfitriona nos regaló durante nuestra estancia. Siempre atenta y siempre amable nos hizo sentir en casa.

sábado, diciembre 02, 2006

Kabuki

Kabuki, kabuki, kabuki.

Teatro de actores, de hombres y de emociones. Teatro de escenas. Teatro de movimientos sutiles, divertidos, teatro donde lo importante es la capacidad del actor y por ello el reconocimiento que reciben puede llegar a ser altísimo. Algunos son conocidos como "Tesoros Nacionales Vivientes".

Teatro que aburre a quien le interese sobretodo la historia, el drama. ¡Cómo se parece el kabuki al antiguo teatro griego! Todo el mundo conoce la historia, sabe perfectamente lo que sucederá al final. ¿A quien le interesan ya los finales? Aquí lo fundamental es, como en el caso de los kanjis, la impresión emocional y visual que produce el actor con sus movimientos, con sus gestos y con su voz. Y los "espectadores", si pueden llamarse así, muestran su gozo y su reconocimiento a los actores mediante gritos que contribuyen a inflamar aún más la impresión que causa la escena.

Y en los descansos la gente saca sus bolsas y sus tarteras con comida y en su butaca recuperan fuerzas.

Y dentro del teatro hay puestos de bebida y comida, y tiendas.

¡¡¡Qué dirían los divos del teatro europeo ante todo esto!!!

domingo, noviembre 26, 2006

Kabuki-za (Teatro Kabuki)

Ya tengo mi entrada para una representación de Kabuki en el Kabuki-za de Ginza el próximo 2 de diciembre. Según tengo entendido se trata de teatro musical japonés. El programa es el siguiente:

"SHINREI YAGUCHI NO WATASHI (The Crossing at Yaguchi) (4:30pm - 5:40pm)

Young Ofune is an obedient daughter to her evil father Tombei who is the keeper of a river crossing until she meets a handsome fugitive and falls in love. Unfortunately, her father wants to capture the fugitive for a reward and Ofune can only save his life by sacrificing her own. Starring Living National Treasure Tomijuro as Tombei and young Kikunosuke as Ofune.

DEBAUCHI OTAMA (Knife-Throwing Otama) (6:15pm - 7:25pm)

The novelist Ikenami Shotaro (1923-1990) is well known for his tales of Edo magistrates and assassins, but was also a playwright. This play shows the life and loves of Otama, a spirited woman who is skilled at throwing knives. Starring Living National Treasure Kikugoro as Otama.

MOMIJIGARI (The Demoness at the Autumn Foliage Party) (7:45pm - 8:50pm)

One of the most beautiful and spectacular dance plays in the kabuki repertory. A great general (Shoroku) is traveling through the mountains while the autumn leaves are at their height. Mysteriously, a princess (Ebizo) invites him to join a party and all drink and celebrate. In fact, this princess is a demon and is waiting for the moment when the general will fall asleep and she can attack. Featuring the young star Ebizo in a play from his family's tradition, which will be presented in Paris in 2007."



Son casi 4 horas y media (incluyendo descansos). Espero que me guste.

sábado, noviembre 25, 2006

Nikko

A un par de horas del centro de Tokyo se encuentra el idílico Nikko. Al abandonar el tren encontramos un paisaje de ensueño, con montañas nevadas al fondo y bosques amarillos, verdes y rojos.

No hay una nube en el cielo y el frío es intenso.



El autobús nos sube a la zona donde se encuentran los templos. Nikko es un lugar sagrado desde mediados del siglo VIII, cuando el monje budista Shodo Shonin construyó una ermita en el lugar.



Tosho-gu es el centro de la zona de santuarios de Nikko y cerca de él hay varias construcciones como Rinno-ji, Tosho-gu, Futasaran Jinja y otros.



La multitud se congrega tanto fuera como dentro de los templos. En el interior se celebran actos religiosos para los que es necesario descalzarse antes de arrodillarse en el tatami.



Después de visitar Nikko es casi imposible volver a casa sin un recuerdo. Todos los templos tienen varios puestos donde por cientos o miles de yenes se venden amuletos de la buena suerte. Para unos se trata de un negocio, para otros es una parte indispensable del culto.

En uno de los templos pedimos humildemente que los dioses nos sean propicios agitando una cuerda.



Sin duda lo que más recordaremos de Nikko es el entorno. Cedros gigantescos nos vigilan desde lo alto.



Terminamos la visita del último templo con la sensación de que aquellos templos no asombran. Quizás los primeros monjes fueron conscientes de que la naturaleza de aquel lugar no sería nunca superada.



Regresamos a pie hacia la estación de tren. En el camino encontramos el famoso puente rojo que cruza el río Daiya. En realidad se trata de una reconstrucción del original del siglo XVII.



El puente es conocido por ser el lugar exacto donde, según la leyenda, el primer monje budista Shodo Shonin atravesó el río a lomos de dos enormes serpientes.



En definitiva, nunca olvidaremos el otoño rojo de Japón.



Jovencitas japonesas juegan a los aros en un templo de Nikko

http://www.youtube.com/watch?v=CoFGx2NoZYM

viernes, noviembre 24, 2006

Cena en el Park Hyatt Hotel de Tokyo

Espera. Antes de leer estas líneas pon la canción de Norah Jones "Come with me".

Ahora imagina que estás cenando en un restaurante de la planta 52 en un hotel de lujo con las mejores vistas de Tokyo.



Imagina que hay una cantante de jazz en el bar con su grupo tocando en directo y que los cubiertos son de plata.



Ahora imagina que la luz es tenue, que los techos son enormes y que el ambiente es acogedor, muy íntimo.



Es el famoso restaurante de la película "Lost in Translation". Anoche cenamos allí.

jueves, noviembre 23, 2006

Santuario de Meiji

Hoy es fiesta en Japón.

Esperábamos lluvia y el día amaneció gris. Agarré el paraguas, cogí el hatillo de los domingos y salí a dar un paseo por el santuario de Meiji.

El santuario se esconde en un parque-bosque cuya entrada está delimitada por un enorme Torii.



El paseo por las avenidas relaja el ánimo.



Pronto aparecen los primeros puestos de flores.



Dentro del recinto del santuario pequeñas tablas de madera llamadas "Ema" se arraciman prendidas con hilos. Cada tablilla pertenece a una persona que ha escrito allí su mayor deseo. Los monjes trasladan estas peticiones cada mañana en una ceremonia llamada "Mikesai".






Cumplo con mi promesa y dejo allí el deseo de una amiga.



He añadido un par de vídeos grabados dentro del santuario para los que sean curiosos de las tradiciones religiosas japonesas.

Cortejo nupcial

http://www.youtube.com/watch?v=BBWkAOLJbKk

Lanzamos una moneda y pedimos buena suerte a los dioses

http://www.youtube.com/watch?v=vaWPg_VYTFs

domingo, noviembre 19, 2006

Hakone y Shinjuku

¡Qué cansado fue el viaje hasta Hakone! Desde Shinjuku casi dos horas de pie, en un tren lleno de gente y con la moral bajo mínimos al ver cómo el cielo despejado de Tokyo se poblaba de nubes a medida que nos acercábamos a nuestro destino.



En la estación de Hakone-Yumoto hacemos la pimera parada y cambiamos a un tren de cremallera que nos sube hasta Gora, a unos 550 metros sobre el nivel del mar. Son dos vagones abarrotadísimos. A veces podemos ver la grandiosidad del paisaje entre los huecos que dejan los árboles.



En Gora nos espera un vagón de cable que nos acerca hasta el primer punto de verdadero interés del viaje: el teleférico. En esta época del año la vereda se colorea con rojos intensos, amarillos más apagados y verdes perennes. Todas las tonalidades posibles se dan cita allí.

La vista desde el funicular es asombrosa. Qué pena que las nubes cubrieran el cielo. ¡En los días claros se puede ver el monte Fuji tan cerca! Pero a pesar del gris uno puede intuir la hermosura de aquel lugar en un día soleado de otoño.



La mayor sorpresa de todo el viaje llega al alcanzar la cima de la ladera. Los bosques desaparecen y nos asalta un paisaje anaranjado, lleno de fumarolas. Es el volcán de Owakudani.



Caminamos por la zona advertidos de que no es recomendable pasar mucho tiempo allí. A pesar de lo nocivo de los gases una multitud se reúne en las chimeneas. Tantas fotos, miles de vídeos. El olor es sulfúrico, casi insoportable.



Y por supuesto probamos los famosos huevos de Owakudani. Son huevos cocidos en estas aguas bullentes que les dan un característico color negro a la cáscara.



El recorrido recomendado nos sugiere bajar desde los 1050 metros hasta el lago Ashi. El cable está siendo reparado, así que hacemos el trayecto en autobús. El lago no es especialmente llamativo sin el reflejo del Fuji. Un barco horriblemente hortera nos lleva desde una orilla (Togendai) a otra (Hakone Machi) y nos sirve para captar alguna foto.



Son las 16.30h. Está anocheciendo. Casi sin luz nos damos un paseo por un camino boscoso y descubrimos el hermosísimo sendero entre Hakone Machi y Moto Hakone. Se trata de un camino escoltado por cedros enormes plantados en la época Edo hace ya más de 300 años. Su objetivo era proteger al emperador del sol y de la nieve.



Ya sin luz volvemos a Hakone-Yumoto. En el autobús le sugiero a Jesús ir a un onsen en el pueblo. Al principio tiene dudas. No sabe cuál es la naturaleza de esos sitios, pero finalmente se anima y puede comprobar que se trata de un lugar muy tradicional japonés, familiar. Durante media hora nos relajamos en aguas calientes que al secarnos dejan la toalla anaranjada. Todo por 900 yen.

La vuelta a Tokyo se hace más corta, quizás por el breve sueño que disfrutamos por esa mecedora que es el tren. En Shinjuku decidimos cenar "shabu shabu" en el restaurante Ibuki. La carta sólo tiene dos platos: shabu shabu y suriyaki. La propietaria habla muy bien inglés y nos muestra cómo se prepara la carne cruda en el agua hirviendo con verduras.



Durante toda la cena nos divertimos preparando la ternera con los palillos y diciendo "shabu shabu"...Está delicioso con la pasta de sésamo y la vinagreta de soja. Por último nos bebemos el caldo sobrante en un cuenco.



Merecemos un descanso.